domingo, 21 de febrero de 2010

EL VALOR DE CONFORMARSE CON LO NECESARIO

En este tiempo de crisis económica, ¿qué se puede decir a una sociedad castigada, donde algunos no tienen ni un mínimo salario familiar?
El Apóstol Pablo no reparte panes y peces para los hambrientos, pero tiene algunas palabras que nos hacen reflexionar. En 1 Timoteo 6:2 puntualiza que por ser cristianos se debe servir mejor a los amos. Continúa en que se debe de apartar de los que no obran así (vers. 5). Pero ganancia es la piedad acompañada de contentamiento, porque nada hemos traído a este mundo y nada podremos sacar. Así que teniendo sustento y abrigo, estemos ya satisfechos; pero los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo y en muchas codicias necias y dañosas que hunden a hombres en destrucción y perdición, porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe y fueron atormentados con muchos dolores (vers. 10).
Para los laicos que no quieren creer en Dios, ¿creen en la evolución? El apóstol Pablo hace más de XX siglos que escribió esto. Solo en Japón se suicidan diariamente unas 80 personas por culpa de resultados económicos. Algunos inmensamente ricos, porque ven mermar su patrimonio. ¿Quién está más evolucionado? El hombre primermundista y capitalista de éste siglo o un predicador del siglo I?.

jueves, 4 de febrero de 2010

¿Son vigentes las profecías?

Debía tener yo unos 11 o 12 años cuando me regalaron una Biblia ilustrada con unos dibujos preciosos. Cuando leí Exodo 7,la historia de Moisés advirtiendo al Faraón que dejara libre al pueblo de Israel para que fuera a adorar a Dios, pensé que el Faraón debía ser el humano más necio que ha pisado jamás la Tierra. Yo no podía entender que provocara una plaga tras otra. En cada plaga el faraón promete dejarlos ir con tal que se quite la plaga. Moisés la quita y el Faraón endurece el corazón y no cumple con su promesa. Así 10 veces hasta que arruina su país. Al final, los israelitas se van libres de Egipto.
Tantas veces le profetizó Moisés a Faraón y el Faraón ni caso, hasta que lo perdió todo menos la vida, para que sufriera al ver el desastre de desobedecer las advertencias de Dios.
¿Puede suceder esto hoy día? En principio, Dios dice que es el mismo ayer, hoy y siempre.
El trabajo de profeta casi nunca era bien recibido, ni siquiera para los reyes de Israel. Cuando los reyes veían que se acercaba un profeta o éste le pedía una audiencia, ya se temían alguna tirada de orejas o más por parte de Dios. Hoy día no han cambiado éstas cosas.
Si Dios hace entender a un siervo suyo algo para otra persona, el siervo o profeta ya lo tiene mal antes de empezar a hablar. Si habla, lo llaman gafe, si calla ¿por qué no me lo dijiste?.... El no arrepentido, siempre halla argumentos para no reparar daños, o aprovecha para poner condiciones que no apetecen a la otra persona.
Lo peor es si ésta persona ya ha sido advertida, ha saboreado algunas plagas y ahora grita desesperadamente que le sea mandada otra plaga. ¿Es malo el profeta si le advierte?, ¿y si no le advierte, tal como quiere la mala persona? No hay escusas. Hay arrepentimiento o palos. Dios es así. El profeta no tiene culpa del mal gusto que tienen algunos de provocar a Dios.